En Fisioterapia, utilizamos la ecografía como una herramienta de imagen para ser más específicos en nuestros tratamientos. Nos permite visualizar y evaluar tejidos blandos como los músculos, tendones y ligamentos, y realizar un diagnóstico fisioterapéutico lo más preciso posible.
Además, gracias a ella, se puede realizar un seguimiento de la evolución de la patología y verificar que la estructura sigue su curso adecuado dentro del programa de tratamiento.